Seignosse está situada en el suroeste de Francia, en la Côte d’Argent, una región conocida por sus paisajes, su clima suave y la riqueza de su territorio. El proyecto debe considerarse tanto a pequeña escala como en términos más amplio de su historia y su geografía.
La región de los Landes ha sido durante mucho tiempo una zona poco poblada porque era hostil al ser humano. Hasta el siglo XVIII era un inmenso pantano inaccesible, donde los pastores locales se desplazaban sobre zancos tanto para mantener los pies fuera del agua como para vigilar su rebaño desde lejos. Se llama el país llano por la casi ausencia de rasgos topográficos, característica que se explica por su geología.
El terreno está formado por una meseta calcárea poco profunda cubierta de sedimentos. La capa de roca es impermeable, por lo que el agua de lluvia fluye muy lentamente hacia el océano, formando así estos humedales. Para superar esto, durante el Siglo de las Luces el Estado francés decidió gestionar el territorio plantando árboles adecuados, inicialmente alcornoques para su uso en la industria del corcho. Este árbol, muy presente en la región, nos interesa especialmente para el proyecto.
Posteriormente se emprendió un programa de gestión del territorio a mayor escala mediante la plantación de pinos marítimos y el establecimiento del “cordón dunar” a lo largo de la costa atlántica para proteger el bosque del océano. Es el mayor bosque de pinos de Europa, como puede apreciarse en la perfecta alineación de los árboles en este paisaje continuo creado por el hombre.
Esta situación ha desarrollado algunos ejemplos de arquitectura vernácula: casas de entramado de madera con aleros pronunciados y un zócalo de mampostería que responde al clima de la región. También las cabañas de los gemmeurs, los encargados de recoger la resina de los pinos, cuyas viviendas estaban hechas de grandes tablas de pino cubiertas de resina para protegerlas.
De este análisis sacamos ideas claras que constituyeron la base de nuestra reflexión y del diseño del proyecto.
El primer paso es subirse para protegerse del agua y ver más allá: pensar en un proyecto sobre zancos.
A partir de la colocación de los pinos, conservamos una trama cuadriculada, una coherencia de diseño que permite puntuar el proyecto, tanto en planta como en sección, mediante la repetición de elementos verticales que recuerdan la esbeltez de los troncos de los pinos.
Entendemos las características del clima abrigando las fachadas con cubiertas en voladizo, porque es necesario protegerse tanto de la lluvia como del sol que va y viene con el viento. Construir edificaciones sencillas, en armonía con el paisaje.
Entendemos todo el emplazamiento como parte de un todo, una visión holística de la arquitectura que es totalmente el resultado de su situación.
Empezando por el paisaje
Pensamos en este proyecto como un jardín habitado, una fusión entre naturaleza y arquitectura, que rompe los límites entre interior y exterior. Una parcela que se puede utilizar en su totalidad, viviendo según la luz y las estaciones. Construir una casa inteligente que sea fácil de activar y requiera poco mantenimiento. Un lugar que desafía las ideas preconcebidas. Analizamos la parcela bajo cuatro secuencias, cada una de las cuales corresponde a un propósito: usar, vivir, disfrutar, mirar.
El programa es muy claro, y define una serie de volúmenes que tienen relaciones especiales entre sí. El tratamiento del paisaje debe unificar el conjunto.
La construcción comienza entonces a tomar forma: la casa de invitados independiente, el garaje con su cochera, la casa principal y sus terrazas cubiertas, la piscina con su cocina de verano y, finalmente, el estudio en la parte trasera del jardín. Se distribuyen cuidadosamente por el terreno en función de sus usos y su orientación. Todo está conectado por terrazas elevadas, cubiertas o al aire libre.
El Plan Local de Ordenación Urbana impone una superficie construida del 30%, un remetimiento respecto a la calle y los vecinos, alturas máximas y la elevación del nivel del suelo en 30 cm respecto al terreno natural. Hemos integrado estas limitaciones en el proyecto como activos para hacerlo más discreto y limitar las molestias de la calle y de los edificios vecinos.
El seto rectilíneo a lo largo de la fachada se mantiene como una reliquia cultural: detrás de él crece un exuberante jardín, formado por especies locales como el pino marítimo y el pino paraguas, la encina y el alcornoque, la retama y la aliaga, especies que requieren poco mantenimiento y consumen poca agua. Se trata de crear un universo específico que evoluciona a lo largo del año, con grandes helechos que le dan un aspecto tropical respetando las especies endémicas. Un paisaje nutrido con varias zonas dedicadas al huerto.
Se conservan todos los árboles existentes y se plantan otros nuevos entre las construcciones, como árboles de hoja caduca cerca de las fachadas para protegerlos en verano y dejar pasar la luz en invierno. Gran parte del proyecto se basa en cimientos de tornillos reversibles. Esto permite un impacto mínimo en el suelo y no daña las raíces, creando un refugio debajo para la fauna local. Con la idea de un diseño biofílico, el proyecto se compromete a tener un bajo impacto en el lugar.
El proyecto
Al diseñar el proyecto, nos centramos en los recursos ya presentes en el lugar, así como en la posibilidad de utilizar materiales procedentes de la demolición de la casa existente.
Destacan varios elementos, como la cubierta de tejas que, una vez derribada, puede servir de revestimiento para el acceso, un tono rojo que contrasta con la vegetación y permite la circulación de vehículos como si se tratara de una partida de petanca.
Parte de la mampostería puede reutilizarse tras su trituración como escombros de hormigón necesarios para la casa principal. El acristalamiento puede enviarse a un centro de reciclaje para reutilizarlo como material aislante como el que se utiliza actualmente bajo el forjado de la casa. El resto de los materiales se donaría a las asociaciones de reciclaje con las que trabajamos habitualmente.
El sistema de construcción y los materiales utilizados son la base para entender el proyecto. Todas las fachadas del edificio están revestidas de corcho, un material local resistente a la putrefacción. La línea de cubierta de todos los volúmenes forma una sola pendiente. Los tejados de chapa ondulada evocan la imagen de las cabañas de surf y reflejan el paisaje circundante. El agua de lluvia se recoge en cisternas para regar el jardín y puede reutilizarse para los aseos y la lavadora.
La casa familiar se compone de tres paredes de hormigón reciclado con bajas emisiones de carbono, y está aislada del exterior con una gruesa capa de fibra de madera. Su fachada sur está completamente acristalada, protegida por grandes aleros que se apoyan en postes de madera pregrabados para garantizar su estabilidad en el tiempo. Los anexos son todos de entramado de madera, elevados por encima del suelo con los pilares atornillados. Gracias a la repetición de los elementos, gran parte puede ser prefabricada, incluida la casa de invitados, que puede estar lista para su uso antes que el resto.
Para cumplir los criterios de las casas pasivas, hemos organizado todas las construcciones en planos rectangulares y compactos. La certificación se basa únicamente en la casa principal, que cumple todas las exigencias y el cálculo del PHPP: menos de 15 kWh/m2/año, extremadamente bien aislada, hermética, con un muy buen sistema de ventilación de doble flujo y una ganancia solar generosa pero controlada.
Hemos mejorado el confort en verano gracias a las secciones transversales que favorecen la ventilación natural, la inercia térmica de los muros y suelos de hormigón, que conservan el frescor, y la implantación de sistemas de oscurecimiento exterior en todas las ventanas expuestas.
Pretendemos que este proyecto sea sobrio y discreto, que sea una arquitectura inteligente y minimalista, a la vez sencilla y contemporánea, donde la belleza reside tanto en los volúmenes como en los detalles.
IUA Ignacio Urquiza Arquitectos en colaboración con A6A y APDA Ana Paula de Alba
Seignosse, Francia, 2021
306 m2
PILARES (Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes) es el proyecto del Gobierno de la Ciudad de México que propone espacios educativos y culturales para contribuir a la recreación, reunión e intercambio de la sociedad.
Los PILARES son una serie de edificios públicos ubicados estratégicamente en áreas de la Ciudad de México donde las condiciones de vulnerabilidad y marginación están más presentes.
Estos espacios, a disposición de la comunidad, ofrecen áreas equipadas para el estudio y el aprendizaje, además de actividades gratuitas como talleres de emprendimiento, desarrollo de habilidades, actividades artísticas, deportivas y recreativas y talleres de oficios. Algunos de los programas disponibles son: la ciberescuela, el laboratorio de robótica, talleres de serigrafía, electricidad, gastronomía, joyería, entre otras.
Contexto
La Ciudad de México tiene una superficie de cerca de 1,400 km2, y su territorio, diverso y complejo, se divide políticamente en 16 alcaldías. Forma parte de la Zona Metropolitana del Valle de México y tiene una población de casi 22 millones de habitantes que requieren de áreas educativas y culturales. Los diferentes PILARES se organizan a lo largo de estas alcaldías en puntos estratégicos, donde los índices de marginalidad son elevados y el acceso a la educación y la cultura es limitado. Los predios elegidos para su construcción cumplen con características urbanas de relevancia territorial que permiten que la población los identifique como centros de encuentro comunitario que propicien la regeneración de la vida social.
Concepto
La propuesta parte del espacio público; a través de su desarrollo y activación se promueven mejores condiciones de convivencia en la comunidad en la que se implementan. A continuación, explicamos los puntos de partida del proyecto.
Parque
El espacio público es el reflejo físico de los valores de una comunidad. En el parque se promueve el intercambio de estos valores a partir del cuidado y de la convivencia. El parque es abierto y de dinámica fluida; así, el proyecto es entendido como un parque con un edificio, un oasis dentro de la ciudad donde lo más importante es el espacio abierto, la conservación y valoración de la vegetación existente y las experiencias que ahí se originan.
Espacios
Se integran tres tipologías espaciales: el exterior, el exterior cubierto –ámbito de transición o parque techado– y el espacio interior. La propuesta nace y vive en la intersección de estos tres ámbitos.
Flexibilidad
El programa arquitectónico se define específicamente para cada terreno y ubicación. La flexibilidad se genera a partir de la identificación de tres distintos elementos: los espacios de servicio e instalaciones, el área flexible y libre de programa, y los programadores: elementos sueltos y cambiantes que dan particularidad al uso de cada espacio y actúan como activadores del proyecto. Esta diferenciación permite organizar todo de manera clara y optimizar los espacios para lograr flexibilidad de uso, así como dejar abierta la posibilidad de cualquier cambio en el programa y vida del edificio para que se adecue y evolucione libremente
Identidad y color
El uso del color en la arquitectura mexicana se ha ido transformando y reinterpretando por diversos artistas y arquitectos. En el edificio, el color integrado a la materialidad suma carácter e identidad al edificio público y permite también un mantenimiento futuro más eficiente al no requerir recubrimientos periódicos.
Materialidad
Como material principal se ha elegido el uso de concreto aparente con textura estriada al exterior y lisa al interior, por su eficiencia en el proceso constructivo y estructural, y sus características térmicas y estéticas. En apariencia, el volumen es sencillo y compacto, con un carácter fuerte que confirma su vocación de edificio público.
Estudios conceptuales
PILARES 02 Álvaro Obregón y PILARES 03 Azcapotzalco se desplantan en terrenos de condiciones físicas similares: ambos se sitúan en la intersección de vialidades en predios de esquina y con vegetación existente. La disposición de los volúmenes considera la naturaleza del sitio, respetando diversos árboles de gran altura e integrándolos visualmente a los edificios.
El gesto en diagonal de la planta baja permite un recorrido peatonal claro y fluido en cualquier dirección, invitando a recorrer el parque y adentrarse en el edificio. Los muros diagonales que se posan en la plaza sirven de cortina y transición del espacio exterior y el interior.
La planta baja es abierta y delimita el interior con una ligera fachada de vidrio que puede abrirse hacia afuera y propiciar el espacio de parque en todo el nivel de calle, accesible a los peatones y a toda la comunidad para utilizarlo como lugar de encuentro y propiciar actividades culturales y sociales.
La retícula utilizada de 1.50 x 1.50 m modula las diferentes áreas y ordena el programa, libera las áreas de uso múltiple y agrupa los servicios y el equipamiento del edificio, los cuales son identificables en las cajas amarillas; estos recorren verticalmente todo el edificio y aportan una coherencia estética al conjunto.
Los tres niveles se organizan en cuatro plataformas desplazadas que se articulan en torno a un vacío central de donde parten las circulaciones verticales y ventila e ilumina todas las áreas del edificio de manera natural. Cada plataforma independiente se conecta a través de escaleras y del elevador central. Algunas se conectan entre sí por medio de gradas que sirven de espacios de uso múltiple; otras aprovechan su independencia para propiciar actividades que requieren ámbitos dedicados.
PILARES 02 contempla en la planta baja una plataforma de acceso que sirve a su vez de foro-escalinata para la realización de actividades culturales; en el nivel 1 se desarrolla la ciberescuela en dos plataformas, y en el nivel 2 los talleres de robótica y gastronomía, el cual tiene un espacio exterior para el cultivo de hortalizas y hierbas.
PILARES 03 considera en su programa el vestíbulo de uso múltiple, con ciberescuela en los dos primeros niveles y el taller de joyería y serigrafía en los dos niveles superiores.
La inclinación de la cubierta – producto del acomodo en sección de medios niveles – crea una quinta fachada, en cuya azotea se disponen paneles solares que almacenan la energía solar que alimenta al conjunto.
IUA Ignacio Urquiza Arquitectos en colaboración con WORKac (Amale Andraos & Dan Wood)
Alvaro Obregón, Ciudad de México, 2020
470 m2
El edificio existente de cinco niveles está ubicado cerca de una plaza en el céntrico barrio de la Roma Norte. La pequeña plaza arbolada está rodeada por calles animadas y concurridas. Al mismo tiempo esta queda resguardada de las cercanas vialidades traficadas, de tal suerte que las calles adyacentes al edificio gozan de una privilegiada tranquilidad.
El edificio existente de los años sesenta contrasta por su austeridad con el entorno lleno de color.
Claramente influenciada por el lenguaje arquitectónico de su tiempo, la fachada está recubierta por superficies lisas de colores sobrios. Es solo después de una mirada más atenta que las cualidades del edificio se hacen evidentes, las proporciones de las dos fachadas principales están perfectamente moduladas con un diseño inesperadamente contemporáneo. La intervención conferirá al edificio residencial una apariencia fresca y renovada. La modulación de las ventanas se conservará, a excepción de la franja superior del ultimo nivel que será ampliada. La simple elegancia del diseño exterior será valorizada por una nueva materialidad y la intervención será inmediatamente visible para el visitante: un nuevo frente conformado por una sutil malla metálica colocada frente al paramento existente correrá a lo largo de toda la planta baja.
El nuevo programa del edificio refleja el actual: la planta baja de uso público, cinco niveles de departamentos y una terraza semi pública en el nivel de azotea.
La entrada al edificio, con su característica marquesina, se complementa con un atractivo programa para los inquilinos: un pequeño café, un gimnasio y un business center a los cuales se podrá acceder directamente desde el vestíbulo principal.
La configuración del edificio existente se caracteriza por una clara lógica constructiva. Una escalera en el límite suroeste da acceso a los departamentos distribuidos a lo largo de un pasillo. La planta tipo de forma regular, se desarrolla alrededor de dos patios interiores. El rediseño de las plantas se ha enfocado en el redimensionamiento de los departamentos existentes y en la creación de diversas áreas de estar de uso común.
La nueva interpretación del edificio se enfoca sobre la circulación vertical y horizontal, incluyendo los patios interiores que anteriormente eran espacios oscuros y poco atractivos. Un alto volumen de vidrio modulado con una ligera estructura metálica contiene un elevador y un núcleo de escaleras que conecta todos los niveles. La torre vertical, ligera y transparente, brinda mucha luz a los pasillos. La alternancia de áreas de estar, pasillos, patios llenos de vegetación y unos puentes ligeros volando sobre ellos, sorprende el visitante que llega al piso de los departamentos. En cada nivel el recorrido de las circulaciones horizontales es distinto provocando que el camino hacía cada departamento sea único.
Una parte del pasillo pertenece al edificio existente, otra parte conduce directamente a los puentes suspendidos que cruzan los patios. El nuevo sistema de circulación permite un acomodo flexible y eficiente de departamentos de menor tamaño.
Los nuevos departamentos se caracterizan por una distribución abierta. Las variaciones ocurren esencialmente por la orientación. Los departamentos se dividen en dos tipologías: los que se abren hacía las fachadas principales a norte y a oriente, y los que se abren hacía los patios interiores. Para asegurar la mayor iluminación posible, los patios están delimitados por tres fachadas totalmente acristaladas. Una sucesión de superficies transparentes y translucidas asegura la privacidad necesaria.
Las paredes interiores de los departamentos se disuelven provocando que el patio se perciba como una extensión de los espacios habitables inundados de luz.
La nueva piel de los patios está diseñada con el mismo lenguaje arquitectónico de la fachada de la planta baja y de la torre de escaleras. Vidrio y una sutil malla de metal, siguiendo una modulación reticular, se extienden hasta el techo. Los patios están cubiertos con una pérgola estructurada según un patrón diagonal. La pérgola está ubicada sobre el techo del edificio y ofrece protección tanto de la lluvia como del sol. La pérgola es una pieza dinámica y elegante que dialoga con los demás elementos de la intervención. Con su ligereza y transparencia lo nuevo se integra sin esfuerzo con lo existente mientras este permanece claramente legible.
El nuevo interior del edificio se caracteriza por vistas profundas y remates que generan sorpresa a través de la sucesión de espacios interiores y exteriores que favorecen el encuentro entre los habitantes.
Colonia Roma Norte, Ciudad de México, 2020
2,969.40 m2
Under deciduous trees on the cliffs of the Pacific Coast, a cluster of architectural volumes emerges, nestling in the topography as if they were sculpted from the stone of the cliff, aspiring to go unnoticed, to alter as little as possible, and to offer a vision of something that has always been there.
Nature and architecture come into tune with each other by prioritizing the former, while making the latter excel at what it does best when it is thoughtfully handled, adapting to the site’s particularities and enhancing the perception of the pre-existing space.
This project is located on the coast of Oaxaca, one of Mexico’s richest states in terms of culture and tradition. The design introduced traditional elements not as “craft objects” but as architectural elements based on their function and practical use.
he master plan for the reserve identified a particularly attractive site, with lush and changing vegetation in an area boasting a rugged and unique topography. This situation ensures that each element of the project becomes an independent unit emerging from the reserve.
The reserve is car-free and circulation around the complex will use the same paths employed during the construction process. The design strategy prioritizes respect for the existing site and achieving the minimum environmental impact.
The aim of creating outstanding architecture that aspires to go unnoticed produces an ambiguous relationship between the natural and the man-made elements, within a continuous panorama of unspoilt natural spaces.
A thoughtful selection of simple yet honest materials enhance the beauty of the natural environment, and help to blend the architecture into its surroundings, while achieving the most with the least.
Reserva El Torón – Villas is a low-impact development, with a footprint of just 17%, and an average of 1,750 m2 of construction per hectare, assigning respect for nature a primordial value in the project development. It includes a further 6,400 m2—representing 23% of the site—of minimum intervention exterior areas, for the admiration and enjoyment of users, while the rest of the site remains as untouched and unspoilt as possible, fostering a sincere and honest approach to the natural environment.
The project consists of 7 modular pieces in a sort of puzzle-like arrangement, which form 4 principal types of villas, allowing several variations and adaptations. With endless combinations, they adjust and respond in a unique way to the site and its particularities, making every villa one of a kind.
Ventanilla, Mazunte, Oaxaca, 2019
4,460 m2
La arquitectura de Nicaragua refleja las complejas relaciones de su realidad histórica, con toda la herencia multicultural del pasado y la riqueza de su entorno natural presente.
La riqueza natural de Guacalito de la Isla es la base de la propuesta, la cual debe contemplar el mayor aprovechamiento de las vistas, vegetación nativa y recursos del emplazamiento, integrándose sutilmente al contexto. La propuesta arquitectónica busca expandir esta relación al propio modo de vivir los espacios. El volumen se adapta al entorno natural a partir de los materiales, que aportan ligereza y frescura, haciendo que la luz y el aire sean los protagonistas de los espacios.
El terreno tiene una topografía particular, donde la parte media del terreno tiene la mayor elevación. Entre la zona alta del terreno y el nivel medio de la vialidad hay una diferencia de aproximadamente 7 m, por ello por medio de taludes y diseño de paisaje se buscará matizar esta diferencia de niveles.
La planta baja se desplanta en el nivel 116.50, uno de los punto más elevando del terreno, con el fin de aprovechar por completo las vistas hacia el mar y el entorno circundante. Con este desplante elevado, el basamento de la casa sirve al mismo tiempo de estructura portante y sótano con programa. En este nivel se ubican las áreas de servicio como bodegas, cuartos de servicio, área de lavado, cuarto de máquinas y el garage cerrado.
La conexión de esta zona con el nivel de planta baja se logra por medio de una gran escalinata, un montacargas y una escalera en el área de servicios.
Retomando los esquemas tradicionales de las casas coloniales de Nicaragua, la casa se articula en torno a un gran patio central que integra el programa de necesidades de los usuarios y lo divide en módulos semi-independientes que se unen por medio de dos grandes andadores perimetrales hacia el exterior y el centro de la casa. Los espacios se van acomodando según la vocación más pública o privada del programa, generando entre ellos diferentes áreas exteriores cubiertas que provocan la vivencia de la casa siempre hacia el la naturaleza del entorno. En la zona sur poniente se encuentran los espacios más públicos de la casa: En el acceso un área de guardado con un medio baño y el montacargas, family room, cocina con alacena, desde la cual hay conexión con un área de asador-desayunador exterior, escalera de servicio a sótano o cubierta, comedor, sala de estar, terraza cubierta con comedor, sala y zona de hamacas, la cual se conecta con la gran terraza exterior y la alberca, y une también el patio interior con el exterior.
El programa más privado contempla las habitaciones, las cuales tienen 3 tipologías: 3 recámaras ubicadas hacia el norte con baño completo, 1 suite con vestidor, baño y jardín interior, así como una terraza orientada hacia el sur-oriente y la suite principal, con vestidor baño y jardín interior. En este nivel también se ubica un estudio de música, el cual tiene un desnivel de 1.30 m hacia el jardín exterior con el objetivo de lograr privacidad y un ambiente diferenciado del resto de la casa.
En el segundo nivel se ubica una segunda suite principal con la misma distribución que la suite inferior y con grandes vistas hacia el entorno.
Todos los espacios contemplan el uso de cancelerías diseñadas con maderas de la región y buscando el refugio y confort necesarios además de la versatilidad de cerrar y abrir los espacios en su totalidad hacia el exterior y hacia el patio central.
Por medio de materiales naturales, se buscan ambientes neutros, sutiles y elegantes, donde el protagonista sea la vegetación existente y la riqueza natural del entorno.
Se trata de un volumen elemental de 7 x 31 metros intervenido, a través de diferentes movimientos volumétricos, hasta llegar a su configuración definitiva. La percepción exterior como caja regular contrasta con el interior, resultado de diferentes ejercicios de sustracción que han ido dando forma tanto a la planta como a la sección.
La regularidad que aporta al conjunto la modulación de la estructura se distingue de los espacios orgánicos generados en el interior. Así, entre las salas interiores y el perímetro nace una serie de espacios intermedios con diferentes grados de apertura, patios, áreas porticadas, terrazas o espacios interiores de doble altura que dotan de gran riqueza la experiencia del habitar.
Todo el perímetro se resuelve con vidrio, de forma que la sensación de amplitud se ve multiplicada, reforzando la conexión con el exterior de una forma directa. La rigidez del módulo determinado por la partición del vidrio y el ritmo de la estructura no impiden el logro de generar espacios de tan distinta morfología y maneras de relacionarse con el exterior. De esta forma, la sorpresa se convierte en un elemento clave a la hora de recorrer los espacios y descubrir las variadas cualidades de las salas en ese dentro-fuera tan sugerente.
Colonia Lomas de Chapultepec, Ciudad de México, 2016
696 m2
El proyecto está ubicado en la costa de Oaxaca, uno de los estados con mayor riqueza en cultura y tradición. El enfoque de diseño consistió en introducir elementos tradicionales no como «objetos artesanales» sino como elementos arquitectónicos en búsqueda de su función y uso práctico.
El plan maestro de la reserva se desarrolla dentro de un sitio de particular belleza, con vegetación exuberante y cambiante y dentro de una topografía accidentada y única; estos rasgos específicos permiten que cada elemento del proyecto se convierta en una unidad independiente que emerge de la reserva. Dentro de ella no hay coches, sólo veredas que han sido utilizadas para la construcción y serán los canales de circulación del conjunto. La estrategia de diseño apunta al respeto máximo de lo existente y a un mínimo impacto ambiental. La búsqueda de una arquitectura que contrasta pero que al mismo tiempo aspira a ser invisible da lugar a una relación ambigua entre lo natural y lo artificial dentro de un panorama continuo de espacios naturales inalterados.
Mazunte, Oaxaca, 2014
57,500 m2
Fotografías: Ignacio Urquiza Seoane
A raíz de los sismos ocurridos en septiembre de 2017, diversas organizaciones se dieron a la tarea de ayudar a las poblaciones afectadas, entre ellas Ocuilan, en el Estado de México. Participamos en una de las iniciativas de reconstrucción, organizada por Pienza Sostenible, para dar una nueva casa a la familia de Ángela y Juan.
El terreno familiar tiene una configuración de patio central en el que perimetralmente se han desarrollado diferentes construcciones, tanto públicas como privadas, que han ido respondiendo a las necesidades de sus habitantes. En el sitio viven cuatro familias y en su dinámica vecinal tienen algunos espacios de uso común, como el baño, la cocina, el área de lavadero y el patio central. Ángela, Juan y sus hijos habitaban en el sitio de forma dispersa, ocupando tres habitaciones separadas, lo que afectaba la convivencia y dinámica de la familia. La propuesta consistió en un espacio privado y compacto con dormitorios que pudieran adaptarse a sus necesidades y etapas de vida, contemplando el crecimiento a futuro de un cuarto módulo. Asimismo, se contempla una torre de servicios adyacente con baño y regadera comunes que sirva a todas las familias que habitan el terreno. La nueva construcción se une al conjunto mediante una plaza abierta con vegetación, configurándose como un nuevo espacio de descanso para el núcleo familiar y de intercambio con la comunidad.
Ocuilan de Arteaga, Estado de México, 2018
60 m2
Este proyecto parte de la premisa de desarrollar una torre de 600 departamentos en un terreno muy angosto en el Pedregal. Esta zona se caracteriza por su uso residencial de lujo: sobre estas rocas se erigieron magníficos proyectos de la arquitectura moderna mexicana. El crecimiento de la ciudad y su verticalización invitan a reflexionar sobre los valores arquitectónicos que debe tener un proyecto en este sitio.
En sus años dorados, esta zona gozó de extensos jardines y arquitecturas modernas fundidas entre las rocas. Esta idea fue la inspiración para el concepto arquitectónico, introduciendo los magníficos jardines al interior de la torre, privilegiando en la memoria de sus habitantes los rasgos característicos locales. Para lograrlo, concebimos una torre masiva que a la vez fuera esbelta, pesada pero transparente. El jardín perimetral que la abraza penetra la torre llenando su patio central y convirtiéndolo en un inmenso jardín colgante.
La relación de proporciones de la pieza le aporta un importante dinamismo, dotando de percepciones muy diferenciadas según cómo se mire: hacia los lados cortos, el edificio se comporta como una torre esbelta, y hacia los lados largos, la torre se erige masiva, como un gran telón.
La apariencia del cuidado orden exterior se ve atravesada por las leyes de lo orgánico y desestructurado de los cuerpos de vegetación interior. Los elementos naturales de crecimiento libre enriquecen la cadencia del ritmo geométrico. Se produce una composición de contrastes que resalta las cualidades de cada uno de los dos órdenes y una relación cromática de interés en la que el verde aparece como matiz imprescindible.
Colonia Pedregal, Ciudad de México, 2015
51,000 m2
En 2014 fuimos invitados por el Infonavit para participar en el programa «Vivienda Unifamiliar Regional». En esta convocatoria participaron 32 oficinas de arquitectura, cada una de ellas con el encargo de desarrollar una estrategia de vivienda social, congruente con las características locales de cada estado, asignando a cada oficina una ciudad en particular. Para la ciudad de Puebla se realizó un estudio urbano e interdisciplinario para determinar un modelo de vivienda congruente.
La idea central de la propuesta se centra en una estrategia para aumentar la densidad de vivienda social en un radio determinado de la ciudad. Encontramos una variedad de sitios libres y susceptibles a la construcción de vivienda; sin embargo, muchos de estos terrenos son de formas irregulares y angostas, de manera que no son adecuados para la creación de vivienda social tradicional.
Propusimos entonces un esquema de vivienda individual de alta densidad, utilizando desplantes muy pequeños y resolviendo el programa en tres o cuatro niveles con una familia de prototipos modulares que pudieran ocupar estos espacios en una densidad de hasta 100 unidades por hectárea.
Para el diseño de los cinco prototipos, partimos de un módulo inicial de 4.5 x 3 metros de desplante. En este módulo se destinan 4.5 m2 para un núcleo de servicios y 9 m2 para el área «servida». Este es el módulo mínimo que define los prototipos A y A’. Añadiendo medio módulo más, se desarrolla la tipología del prototipo B, y la unión de dos módulos conforman los prototipos C y C’. De esta manera, se plantea un conjunto de tres tipologías verticales y tres variaciones del mismo.
Puebla, Puebla, 2014
10,000 m2
El patio del museo, una de las obras más significativas de Mathias Goeritz, es un enclave emblemático de la ciudad. Su no ocupación destaca sobre la densidad de la trama urbana y el significado de los muros y de sus autores lo contextualizan en la historia de la ciudad.
Evidenciar el vacío fue la estrategia determinante de la intervención, la cual se concretó en la generación de una estructura que permitiera materializar el volumen que ocupa; dibujar su geometría potente y particular y hacerlo presente. La intervención se mantiene flotada en el interior separada del perímetro en una actitud, siempre, de respeto máximo a esta obra.
El primer paso fue el proceso de llenado a través de una retícula tridimensional —un sistema o armado de varillas en módulos de 1 m3—, seguido de un ejercicio de excavación de la construcción resultante mediante la sustracción de módulos para hacerla habitable. El sistema de atado se resuelve mediante nudos de alambre trabajados a mano, una labor específica de oficio que da muestra de la habilidad del maestro en el armado.
El conjunto es un ejercicio que invita a reflexionar sobre la relación entre la adición y la sustracción, entre el lleno y el vacío.
Colonia San Rafael, Ciudad de México, 2013
200 m2
La misma tierra del viñedo es el componente constructivo básico de la torre. Ésta, que nace como reemplazo del antiguo mirador, crece a partir de un sistema de tepetate colado recuperado de la excavación. El proyecto reivindica el uso de materiales locales y acabados naturales para lograr una mejor síntesis con su contexto a través de su apariencia, lenguaje constructivo y razones de sostenibilidad.
La textura del material y las líneas —huellas del despiece de la cimbra— se convierten casi en la única forma de expresión en este volumen elemental que comunica la forma de proceder del sistema constructivo.
En una planta casi cuadrada de 25 m2, un solo gesto altera esa geometría pura; un ligero ángulo en uno de los lados muestra las posibilidades que permite la ruptura de la norma, entendiendo así la variación como matiz que da significado. Son los detalles los que convierten a este proyecto de básicos en un sistema preciso y ajustado, cuya función última es ponerse a disposición de la tierra que contempla. El desnivel en el perímetro ubica al usuario unos 60 centímetros por debajo del nivel del suelo, por lo que es posible mirar la vid desde un punto de vista poco habitual: establece otra relación visual, le sitúa dentro, en el espacio de resguardo. El recorrido comienza atravesando la explanada que rodea la torre; desde ahí, el visitante decide si bajar ese escalón o subir a la cubierta para contemplar el conjunto desde lo alto. Tres puntos de vista distintos que permiten un entendimiento global del conjunto.
Dolores Hidalgo, Guanajuato, 2010
40 m2
Fotografías: Ignacio Urquiza / ESTUDIO URQUIZA Taller de fotografía
Esta vivienda nace sobre la cubierta de una construcción existente de mitad del siglo xx. La nueva construcción utiliza esta pauta en su beneficio, al apoyar su estructura sobre la original convirtiéndola, así, en cimentación. De esta forma, en algunos casos, lo que abajo son muros se convierten en pilares puntuales liberando divisiones y permitiendo la extensión de salas diáfanas, gracias a la gran losa de concreto que cubre el espacio.
La nueva casa mantiene la distribución ordenada por el pasillo a cuyo lateral se desarrollan los espacios. La pared que acompaña el recorrido por el interior se convierte en un gran muro programado a lo largo del cual se extiende, en toda su longitud, un mueble que se va transformando en función de las necesidades del espacio que acompaña.
En paralelo a este pasillo interior y al otro lado de las salas, un corredor exterior permite recorrer toda la vivienda por una terraza abierta al jardín, diluyendo la relación dentro-fuera con una sutil cancelería. Este gran ventanal continuo convierte, así, el interior en parte del paisaje urbano en el que se inserta.
San Miguel Chapultepec, Ciudad de México, 2010
180 m2
Fotografías: Ignacio Urquiza / ESTUDIO URQUIZA Taller de fotografía
Ubicado en las costas de Oaxaca, este proyecto explora los elementos vernáculos y tradicionales de la arquitectura mexicana del Pacífico y observa las maneras en que los elementos se articulan con el espacio habitable a través de una secuencia indefinida de espacios abiertos. Métodos artesanales constructivos tales como las palapas, permiten que los valores espacio-funcionales del proyecto se unan con el paisaje y el entorno.
El proyecto está compuesto por una serie de ocho palapas que se sitúan dentro del terreno respondiendo a la orientación y a la vegetación del humedal existente. Sus diferentes dimensiones en planta y sección, así como su acomodo, rompen la relación tradicional entre los espacios interiores y exteriores, permitiendo que la vegetación y el paisaje sean parte de una relación simbiótica.
Puerto Escondido, Oaxaca, 2008
1,500 m2
Fotografías: Ignacio Urquiza / ESTUDIO URQUIZA Taller de Fotografía