Under deciduous trees on the cliffs of the Pacific Coast, a cluster of architectural volumes emerges, nestling in the topography as if they were sculpted from the stone of the cliff, aspiring to go unnoticed, to alter as little as possible, and to offer a vision of something that has always been there.
Nature and architecture come into tune with each other by prioritizing the former, while making the latter excel at what it does best when it is thoughtfully handled, adapting to the site’s particularities and enhancing the perception of the pre-existing space.
This project is located on the coast of Oaxaca, one of Mexico’s richest states in terms of culture and tradition. The design introduced traditional elements not as “craft objects” but as architectural elements based on their function and practical use.
he master plan for the reserve identified a particularly attractive site, with lush and changing vegetation in an area boasting a rugged and unique topography. This situation ensures that each element of the project becomes an independent unit emerging from the reserve.
The reserve is car-free and circulation around the complex will use the same paths employed during the construction process. The design strategy prioritizes respect for the existing site and achieving the minimum environmental impact.
The aim of creating outstanding architecture that aspires to go unnoticed produces an ambiguous relationship between the natural and the man-made elements, within a continuous panorama of unspoilt natural spaces.
A thoughtful selection of simple yet honest materials enhance the beauty of the natural environment, and help to blend the architecture into its surroundings, while achieving the most with the least.
Reserva El Torón – Villas is a low-impact development, with a footprint of just 17%, and an average of 1,750 m2 of construction per hectare, assigning respect for nature a primordial value in the project development. It includes a further 6,400 m2—representing 23% of the site—of minimum intervention exterior areas, for the admiration and enjoyment of users, while the rest of the site remains as untouched and unspoilt as possible, fostering a sincere and honest approach to the natural environment.
The project consists of 7 modular pieces in a sort of puzzle-like arrangement, which form 4 principal types of villas, allowing several variations and adaptations. With endless combinations, they adjust and respond in a unique way to the site and its particularities, making every villa one of a kind.
Ventanilla, Mazunte, Oaxaca, 2019
4,460 m2
El proyecto está ubicado en la costa de Oaxaca, uno de los estados con mayor riqueza en cultura y tradición. El enfoque de diseño consistió en introducir elementos tradicionales no como «objetos artesanales» sino como elementos arquitectónicos en búsqueda de su función y uso práctico.
El plan maestro de la reserva se desarrolla dentro de un sitio de particular belleza, con vegetación exuberante y cambiante y dentro de una topografía accidentada y única; estos rasgos específicos permiten que cada elemento del proyecto se convierta en una unidad independiente que emerge de la reserva. Dentro de ella no hay coches, sólo veredas que han sido utilizadas para la construcción y serán los canales de circulación del conjunto. La estrategia de diseño apunta al respeto máximo de lo existente y a un mínimo impacto ambiental. La búsqueda de una arquitectura que contrasta pero que al mismo tiempo aspira a ser invisible da lugar a una relación ambigua entre lo natural y lo artificial dentro de un panorama continuo de espacios naturales inalterados.
Mazunte, Oaxaca, 2014
57,500 m2
Fotografías: Ignacio Urquiza Seoane
A raíz de los sismos ocurridos en septiembre de 2017, diversas organizaciones se dieron a la tarea de ayudar a las poblaciones afectadas, entre ellas Ocuilan, en el Estado de México. Participamos en una de las iniciativas de reconstrucción, organizada por Pienza Sostenible, para dar una nueva casa a la familia de Ángela y Juan.
El terreno familiar tiene una configuración de patio central en el que perimetralmente se han desarrollado diferentes construcciones, tanto públicas como privadas, que han ido respondiendo a las necesidades de sus habitantes. En el sitio viven cuatro familias y en su dinámica vecinal tienen algunos espacios de uso común, como el baño, la cocina, el área de lavadero y el patio central. Ángela, Juan y sus hijos habitaban en el sitio de forma dispersa, ocupando tres habitaciones separadas, lo que afectaba la convivencia y dinámica de la familia. La propuesta consistió en un espacio privado y compacto con dormitorios que pudieran adaptarse a sus necesidades y etapas de vida, contemplando el crecimiento a futuro de un cuarto módulo. Asimismo, se contempla una torre de servicios adyacente con baño y regadera comunes que sirva a todas las familias que habitan el terreno. La nueva construcción se une al conjunto mediante una plaza abierta con vegetación, configurándose como un nuevo espacio de descanso para el núcleo familiar y de intercambio con la comunidad.
Ocuilan de Arteaga, Estado de México, 2018
60 m2
Este proyecto parte de la premisa de desarrollar una torre de 600 departamentos en un terreno muy angosto en el Pedregal. Esta zona se caracteriza por su uso residencial de lujo: sobre estas rocas se erigieron magníficos proyectos de la arquitectura moderna mexicana. El crecimiento de la ciudad y su verticalización invitan a reflexionar sobre los valores arquitectónicos que debe tener un proyecto en este sitio.
En sus años dorados, esta zona gozó de extensos jardines y arquitecturas modernas fundidas entre las rocas. Esta idea fue la inspiración para el concepto arquitectónico, introduciendo los magníficos jardines al interior de la torre, privilegiando en la memoria de sus habitantes los rasgos característicos locales. Para lograrlo, concebimos una torre masiva que a la vez fuera esbelta, pesada pero transparente. El jardín perimetral que la abraza penetra la torre llenando su patio central y convirtiéndolo en un inmenso jardín colgante.
La relación de proporciones de la pieza le aporta un importante dinamismo, dotando de percepciones muy diferenciadas según cómo se mire: hacia los lados cortos, el edificio se comporta como una torre esbelta, y hacia los lados largos, la torre se erige masiva, como un gran telón.
La apariencia del cuidado orden exterior se ve atravesada por las leyes de lo orgánico y desestructurado de los cuerpos de vegetación interior. Los elementos naturales de crecimiento libre enriquecen la cadencia del ritmo geométrico. Se produce una composición de contrastes que resalta las cualidades de cada uno de los dos órdenes y una relación cromática de interés en la que el verde aparece como matiz imprescindible.
Colonia Pedregal, Ciudad de México, 2015
51,000 m2
Ubicado en las costas de Oaxaca, este proyecto explora los elementos vernáculos y tradicionales de la arquitectura mexicana del Pacífico y observa las maneras en que los elementos se articulan con el espacio habitable a través de una secuencia indefinida de espacios abiertos. Métodos artesanales constructivos tales como las palapas, permiten que los valores espacio-funcionales del proyecto se unan con el paisaje y el entorno.
El proyecto está compuesto por una serie de ocho palapas que se sitúan dentro del terreno respondiendo a la orientación y a la vegetación del humedal existente. Sus diferentes dimensiones en planta y sección, así como su acomodo, rompen la relación tradicional entre los espacios interiores y exteriores, permitiendo que la vegetación y el paisaje sean parte de una relación simbiótica.
Puerto Escondido, Oaxaca, 2008
1,500 m2
Fotografías: Ignacio Urquiza / ESTUDIO URQUIZA Taller de Fotografía